Plasencia y nuestra historia. 155
155 razones, 155 ilusiones, 155 niños preparados, emocionados y con ganas de aventura.
Son las 9.15 de la mañana, todos estamos pegados a nuestros asientos, cinturones puestos y canciones en la punta de la lengua. Todos sonreímos e irradiamos alegría. Hoy es un día muy especial para nuestra familia Josefina-Trinitaria.
A 100km/h por la autovía de Cáceres nos dirigimos a la primera casa donde las primeras hermanas rezaban y en la que nuestro fundador, Padre Eladio, celebró la Eucaristía tantas veces. Y no podía ser en otro sitio mejor: PLASENCIA.
Tras una hora y media de recorrido, descargamos y nos dirigimos paseando y disfrutando de la belleza del lugar hasta la Casa Madre. Allí, dedicamos una oración desde el corazón a Padre Eladio y a Margarita. Conocemos un poquito más sobre su vida y qué le empujó a realizar grandes obras.
Como somos muchos veremos sus recuerdos, fotos y su despacho por turnos, y entre ratito y ratito… gymkana!!!
Por grupos nos dividimos y vamos localizando diferentes monumentos y lugares en los que debemos descubrir la respuesta a las preguntas que nos hacían; recorrimos algunos lugares emblemáticos:
- la Plaza Mayor, el Ayuntamiento,
- la calle Trujillo,
- la Plaza de Ansano,
- el Palacio del Marqués de Mirabel,
- la Casa de las Dos Torres y la puerta Berrozana.
Cada vez que contestamos a una pregunta nos dirigimos a nuestro tutor que se encarga de “evaluar” nuestra respuesta y de paso comprueba que todo va sobre ruedas.
¡Genial! Es nuestro turno…por fin entramos en el Museo de Casa Madre y allí nos cuentan la historia de Padre Eladio y de Margarita; recorremos cada una de las estancias y no cabemos de nuestra alegría e interés.
Hay cientos de cosas preciosas: sus fotos, las máquinas de las Sores para coser, los molinos de chocolate, los libros, las ropas de aquella época y lo que más ganas teníamos de ver… el despacho de Eladio. Y es que, todo, absolutamente todo lo que había allí era suyo.
Todo está muy bien conservado y cuidado: su maletín, la mesa, los libros, su paraguas, las famosas cartas que escribió a las monjas del convento de Serradilla…Estamos completamente emocionados.
Nos ponemos en marcha y nos dirigimos a los autobuses que nos llevarán a nuestro cole de Plasencia. Nada más bajar nos quedamos patitiesos con las vistas que allí se gastan… ¡Qué envidia! Comemos todos juntos y disfrutamos de un ratito más jugando y riendo… No nos queda más remedio que volver a casa pero con una experiencia más a nuestras espaldas.
Ojalá vengáis a verlo pronto y disfrutéis tanto como nosotros de este lugar tan bonito e importante para toda la Familia Josefino-Trinitaria.